lunes, 16 de mayo de 2011

Mi última lección

Lo que presento es una conferencia que di en la Universidad de Carnagie Mellon. Es una tradición que se le llama la última conferencia. ¡Qué patético, si sabes que vas a morir! Y si tienes que dar una última conferencia, ¿qué le dirías a tus alumnos? Para mí hay un elefante en la habitación y el elefante es que tengo cáncer en el páncreas que ha regresado después de quimioterapia, cirugía y radiación, que los doctores me han dicho que no hay nada más que hacer y que tengo unos meses de vida. Estos son los resultados de mis radiografías que dicen que mi cáncer pancreático se ha ido al hígado con aproximadamente una docena de tumores. Esto no me gusta, tengo una familia detrás de mí, que quede claro. ¡Esto apesta!, pero no puedo hacer nada sobre el hecho de que voy a morir. Estoy siguiendo los procedimientos médicos pero se ve muy bien que esta película va a terminar para mí ya. No puedo controlar las cartas, solo “juego” las manos. Siento desilusionaros pero no escogí ser objeto de lástima. Y de hecho, aunque voy a morir pronto, estoy físicamente fuerte, quizá mucho más fuerte que muchos. 

Esta charla no es sobre la muerte, sino sobre la vida y como vivirla, específicamente sobre los sueños de tu niñez, y como conseguirlos. Los sueños de mi niñez, los sueños de tu niñez. Puedo decir que tuve una infancia increíble y feliz. Volví a mirar los álbumes de fotos y no encontré ninguna en las que no estuviera sonriendo. Tuve una gran niñez. Me veía soñando, siempre soñando. Era un tiempo donde soñar era fácil. Cuando encendías la televisión y veías a personas alucinando, ¡cualquier cosa era posible! Y no debemos perder ese espíritu. ¿Cuáles eran mis sueños de niño? Jugar en la Liga Profesional del Fútbol. Es uno de los sueños que no he conseguido, y es importante hacerlo notar. Si no consigues tus sueños puedes conseguir mucho tratando de hacerlo. Hay una expresión que amo que dice: “Experiencia es lo que obtienes cuando no obtienes lo que quieres”. Jugué en una liga mucho tiempo, tenía un gran entrenador que cuando estaba en el entrenamiento me decía durante toda la práctica: “Lo estás haciendo mal, hazlo otra vez. Estás lento, presiona un poco más.” Y así durante dos horas. Después del entrenamiento, el segundo entrenador me dijo: “El entrenador te trata mal…”. Yo dije que sí. Me dijo: “Eso es bueno, porque quiere decir que se preocupa por ti.” Cuando haces un mal trabajo y nadie te lo dice, quiere decir que se han rendido contigo. Cuando alguien te está corrigiendo durante dos horas, lo hace porque quiere que lo hagas lo mejor. 

Mi siguiente sueño fue “Walt Disney”. Cuando tenía ocho años mi familia programó ir a Disneylandia. Fue una experiencia increíble. Los paseos, las atracciones, los shows y todo lo demás. Me dije: “Quiero hacer cosas como esas cuando sea mayor”. Me gradué en la universidad y traté de llegar a ser parte de la gente que hace la magia. Lo que obtuve fue una amable carta de rechazo. ¡Guardo esas cartas todavía! Son inspiradoras. Dejé que las cosas pasarán y trabajé duro y me convertí en un ingeniero junior de investigación visual en mi facultad. Ese soy yo. Desarrollé las habilidades que eran valiosas para Disney y tuve la oportunidad de trabajar ahí y formé parte del equipo de imaginaria. Trabajé en el “paseo de la alfombra mágica de Aladino.” ¡Me tomó quince años lograrlo! Y muchos, muchos intentos. Aprendí que cuando un muro aparece en nuestro camino está por una razón, no es para detenernos, sino para mostrarnos cuanto queremos lograr. ¿Quieres conseguir tus sueños? Te recomiendo unos buenos padres. Yo tengo unos grandes padres. Mi papá, ¡qué hombre tan increíble! Estuvo en la Segunda Guerra Mundial, formó parte de esa gran generación. Tristemente murió hace un año. Y cuando mi madre fue a ver sus cosas fue cuando descubrió que en la Segunda Guerra Mundial había obtenido una medalla de bronce por su valor. ¡En cincuenta años de matrimonio nunca se la mostró! Es un gran mensaje de humildad que pude aprender de mi padre. Mi mamá. Las madres son las personas que te aman aunque les cortes el pelo. Esta es la clase de relación que tuve con mi madre.

Y hablando de humildad, estaba siempre ahí manteniendo todo en orden. Cuando me iba a graduar en la escuela tuve exámenes realmente duros. Me pasaba en casa todo el día quejándome de lo difícil que eran las pruebas de doctorado. Mi madre me dijo: “Sé como te sientes. Recuerdo cuando tu padre tenía tu edad, estaba luchando contra lo alemanes en la Segunda Guerra Mundial.” Llegó el día en el que obtuve mi doctorado. Estaba tan orgulloso y mi madre me presentaba a todo diciendo: “Este es mi hijo, es Doctor pero no de la clase que cura a la gente”. Probablemente una de las cosas maravillosas que hicieron mis padres fue que me dejaron pintar mi cuarto. Dije un día: “Quiero pintar cosas en las paredes” y me dijeron: “OK”. Pinté una nave espacial. Vivíamos en un rancho y puse un ascensor que no iba a ningún lado. Pueden ver lo feo que era, puse una ecuación cuadrática. Pero lo grande es que me dejaron hacerlo. Que dejaran que expresara mi creatividad. Eso es más importante que lo limpio que pueden estar unas paredes. Fui bendecido con unos padres que lo vieron de esa manera. Mis padres me enseñaron la importancia de la gente sobre las cosas. 

Crecí y me compré mi primer coche. Estaba muy emocionado y brillaba de forma increíble. Cada mes me llevaba a mis sobrinos un fin de semana para darles un respiro a mi hermana y su marido. Nos íbamos de aventura. Ponían sus zapatos en mi coche nuevo. Mi hermana comenzaba a decirles: “Cuidad el coche nuevo, no lo ensucien” Y rompieron a reír porque sobre sus hombros detrás sin querer abrí una soda y vacié la parte trasera del coche. Mi hermana llegó corriendo y me preguntó: ¿Qué haces? Dije es una cosa, ¡solo una cosa! Estuve orgulloso de haberlo hecho porque el fin de semana cuando los llevaba a casa me di cuenta que tenían la gripe y que vomitaron en la parte trasera de mi coche. Y no me importa el valor que se le de a esa limpia y brillante cosa. No se compara con lo bien que me sentí sabiendo que no hacía sentir culpable a un niño de ocho años porque tenía la gripe. 

Siguiente. Es mejor que decidas pronto si eres “Tiger” o “Igor”. Tiger es energético, optimista, curioso y entusiasta, y se divierte. Y nunca subestimes la importancia de estar alegre. Me voy a morir pronto y he escogido estar alegre. Hoy mañana y cualquier día que me quede. Si quieres conseguir tus sueños es mejor que juegues honestamente con los demás. Un consejo que es difícil de seguir: Di la verdad. Segunda cosa: cuando te equivoques, discúlpate. Una buena disculpa tiene tres partes: Lo siento, fue mi culpa, y ¿qué hago para corregirlo? La gente se salta esa tercera parte, pero es lo que se puede llamar sinceridad. La última cosa es, que si hay personas que no nos caen bien, o cosas que no nos gustan, he de deciros que nadie es pura maldad. Si esperas lo suficiente te mostrarán su lado bueno. No puedes apresurarle, pero puedes ser paciente. Se agradecido. Cuando llevaba diez años como miembro de la facultad había quince muchachos en mi laboratorio de investigación y los llevé una semana a “Disney World” con mi dinero, y mis compañeros me dijeron que eso me iba a costar mucho. ¿Cómo lo iba a hacer? Les respondí: “Estos muchachos han trabajado día y noche, por años y por ellos he conseguido el mejor trabajo de mi vida. Entonces, ¿por qué no hacerlo?” La gratitud es una cosa muy sencilla y poderosa. Y por último no creo que quejarse y cuestionarse todo, resuelva realmente los problemas. 

El primer jugador negro de las grandes ligas tenía un contrato en el que aparecía que no debía quejarse si la gente le escupía. No me importa si te cae bien él o una persona como yo que tiene un par de mese para vivir. Puedes escoger que el tiempo que te quede esté lleno de energía y esfuerzo, o gastarlo quejándote. O por otro lado emplearlo jugando el juego duro. Posiblemente te ayude más si escoges éste. Les dije que esto es parte de la conferencia que di en la Universidad y es importante saber por qué di esta conferencia. La conferencia no es de cómo conseguir tus sueños de niñez. Es más que eso, es de cómo vivir tu vida, porque si vives tu vida de la manera correcta los resultados se harán cargo de ellos mismos y los sueños vendrán a ti, porque si la vives adecuadamente los sueños te llegarán. Sería grandioso si algunas personas se beneficiasen con esta charla, pero en realidad ni siquiera la di para las cuatrocientas personas que leerán esto. Quise dar esta charla para tres personas, para que cuando sean grandes lo puedan leer. 

Gracias.