sábado, 21 de mayo de 2011

Jornada de reflexión

Situado en el centro de la Plaza de la Constitución, comienzo a visualizar personas que, como yo, insisten en la negación de observar la caída, paulatina, de nuestra democracia. Algunos abogan por un inyección de cegera y otros por una dosis de sordera. Pero la pura realidad se encuentra ahí donde ocurren las penumbras y los malestares de la sociedad. Esa sociedad que es la que habla y esta vez está hablando muy alto y muy claro. 

Tanto que se habló en su debido tiempo de que la juventud española es inculta e irresponsable, ahora es hora de que los "grandes" de este pobre país abran sus miras hacia ellos. Y digo pobre en todos los sentidos. Porque somos (me incluyo) esos jóvenes los que protestamos ahora, igual que nuestros padres y abuelos lo hicieron en la época franquista. Porque es un ciclo que aún no ha terminado; nuestros padres consiguieron la desaparición de la dictadura, nosotros conseguiremos la imposición de una buena democracia.

Un sabio dijo un día que el único factor que puede hacer parar un país, es el pensamiento común de un pueblo. Ese pensamiento está naciendo ante la dictadura encubierta actual. Surge de la rama de esperanza que brotó hace mucho tiempo en pro de un futuro oscuro e incierto. Y es que ya es hora de acabar con este bipartidismo dictatorial. La voz de un joven. CGF.


"Para los más "grandes" de nuestro país"