Subir, bajar. Entrar, salir. Vivir, morir. Correr, andar. Dormir, despertar. Calor, frío... Siente como el frío va recorriendo tu cuerpo, de forma que se apodera de tu ser, de ti, y de todo lo que está a tu alrededor. Aún sigo viviendo de una sola alegría, como si se tratase de una llama que tratas de proteger. Llueve, nieva, pero tú mantienes esa llama encendida a base de atención y cuidado. Pasa y pasa el tiempo, y esa llama comienza a ceder ante el dominio del viento. Te cercioras de la vida de esa llama; sigue ahí. Vas observando que cada día es más pequeña. Tu frío se apodera del clima, todo se nubla: todo se vuelve frío. Te acercas y la llama se vuelve más y más pequeña. Ya estás al lado, ya no queda llama.
¿La has apagado? CGF.