miércoles, 9 de febrero de 2011

El orden de los factores no altera el producto.

Todo comienza igual que siempre. Absolutamente igual, ni un solo cambio. Giro la cabeza y me escondo con miedo a alargar la vista más allá del tiempo. Despierto y tras ello, un dolor de cabeza perenne. Eso que todo el mundo se propone, y que muy pocos consiguen. Esa teoría que se crea a través de la existencia, y a su vez de la no existencia. Esa teoría que algunos le cuesta tanto averiguar y conseguir, y que yo, poco a poco, estoy consiguiendo descifrar. Sin duda mi gran teoría: la teoría de la felicidad.
Empezó todo al averiguar y conseguir descifrar el significado de los médicos. Rara esa especie, pero gracias a ello(s) conseguí comprender que la vida es esperanza, y que un médico es la última persona que puede llegar a pronunciar esa palabra, esperanza. Sin duda comprendí que los médicos no solo salvan vidas. También las llenan.
A raíz de ello averigüé la existencia de los pequeños locos bajitos. Ellos solo son capaces de hacerte sentir bien a base de insultos. Sin duda Shakira tiene trabajo por delante. Shakira, mi segunda mamá.
Pensé durante mucho tiempo dejar de lado la teoría, no estaba sacando conclusiones, estaba siendo un fracaso. Pero no fue así. Un día bajando el ascensor me cercioré de que no venía nadie; estaba equivocado. Me di cuenta de que en ese momento no estaba solo; detrás de mí había un periodista con dos perros. Aún tengo mucho que aprender de periodismo de un gran maestro. ¿Maestro? Perdónenme, quise decir amigo.
Poco a poco todo iba tomando forma, y más cuando se trata de que vale mucho más un Seat Altea Ecomotive con el gasoil pagado. Todo el mundo debería tener un Max en su vida. O un Miguel o una Saturnina. Lo que está claro es que no es conveniente vivir al lado de un pezón escondido. Son peligrosos.
Era difícil convivir con un pesado mancuernita. Sí, muy difícil. Tan difícil como necesario. Me enorgullece mirar a la izquierda y ver un porculero.
Al mismo tiempo comprendí como una mancha puede tratarse solo de un “beso egoísta”, que una simple mancha puede enseñarte el valor de las personas. Éste sería uno de los pilares de la teoría. No pararía de hablar…
Todo iba encajando. Todo, muy poco a poco. La teoría iba creciendo. Nunca pude llegar a imaginar que las Matemáticas pudieran unir tanto. Unas Matemáticas con sabor a Melilla. “La chica que” la llaman. Ser totalmente extraño, de los que no quedan. ¿Vitalidad, alegría, carisma? Le sobra…
Día tras día la vida me iba mostrando la realidad. Pensar que “de tranqui” se vive mejor, y “de apalanki” se está en las nubes. Aprender de discusiones entre R. Madrid y F.C. Barcelona. Descubrir el carácter personificado. Pero sobre todo descubrir que quedamos desde el principio.
Y tras todo ello, descubrir el significado que posee una simple ardilla. O mejor dicho tener la cara de una ardilla. Poseer la llave de los detalles y tenerme en tu mano. Eso te caracteriza.
Conociendo la mayoría de los detalles que hacen posible esta teoría, me adentré en la curiosidad que suponían las pequeñas cosas. Pequeños detalles, pequeñas manos, pequeños dedos… La perfecta miniatura que estaba a la venta en una pequeña tienda, llamada “Superskun”. Los mejores perfumes se guardan en frascos pequeños. Un flaco siempre estará enamorado de ti. Porque me di cuenta de una cosa. En ti todo es pequeño, menos tu corazón…
Una vez metido en esa curiosidad seguí indagando. Buscando y buscando encontré información. Información prodigiosa. Un mundo de pecas, un mundo en color de rojo, un mundo de… tortugas. Entendí entonces que era necesario de su existencia para la creación de la teoría.
Sin embargo, no pude creer lo que un día presencié. Me di cuenta de que Superman estaba más cerca que nunca. Tan cerca que incluso podrías encontrarlo pegado en el culo de un coche azul. También muy necesario, créelo.
También una rubia deseosa de un Focus sería la desencadenante de trayectos hacia Churriana. Esa risa… cautiva.
Aunque diferente, siempre pensé que nunca le daría dos besos a un hombre. Me di cuenta un dia que dentro de él había una gran persona.
Como consecuencia, adopté una posición conservadora ante la teoría. Decidí por tanto dejarla de lado durante un tiempo. Estaba empezando a caer en la locura. Una locura… de narices. Locura que era necesaria para si existir. Suficiente.
Asustado por las situaciones que se avecinaban que ponían en peligro el éxito de mi teoría me di cuenta de la necesidad de la celulitis. Sí. Tan simple como eso. Arriba los celulares.
Averigüé entonces la importancia de una simple foto. Sin duda, mucho más importante es la persona que las hace. Sin él, los grandes momentos quedarían en el olvido. Sin más…
Y me pregunté: ¿Qué puede pintar un red BULL en todo esto? ¿Alguno os habéis imaginado alguna vez un toro montado en un Clío? O que un C3 podía pasar de los 70 kilómetros por hora. “Bebed agua, no hace falta que ni la pidáis, la he comprado para todos”. Esa frase te define, grande.
Por último, conocí que Granada es muy pequeña, y que dos muchachos andan por allí. Espero que algún día sean tres. También la locura de 4 pequeñas locas.
Y ahora es cuando me pregunto. ¿Qué es la locura? Algo de lo que me enorgullezco y por lo que siento necesidad. Sí, es una locura. Nuestra locura.
Me di cuenta al tiempo de que todo iba encauzado. De que la vida retornaba la normalidad. Me di cuenta que la teoría había finalizado. Había llegado al mayor punto de felicidad. Esta es la teoría de mi vida, la teoría que habéis creado vosotros. Por y para lo que vivo. Dais sentido a muchas más cosas que estas.
Sin duda, el orden de los factores no altera el producto, no lo modifica, no lo varía.

Simplemente descubrí… la grandeza de las personas. =) CGF.