lunes, 14 de febrero de 2011

¿Alguien dijo miedo?

Es fácil. Un niño, un bebé, no nace sabiendo andar, sino que poco a poco, muy poco a poco, va aprendiendo. Bueno, mejor que aprendiendo, va perdiendo ese miedo innato que existe en él, en su interior. Es un miedo que lo domina, que lo coacciona de la forma más egoísta, de la forma más vulnerable. Sin embargo, gracias a ese miedo evita situaciones límites, situaciones de cierto peligro para ellos mismos. Ese miedo es el que poco a poco superan. Ese llanto provocado por el miedo es similar al impacto provocado ante nosotros, de igual o mayor fuerza, con una pequeña diferencia: el control lacrimal. Al cabo de muy poco tiempo terminan tomando control de la situación. Terminan superando el miedo, ese miedo que marca el punto de inflexión de sus vidas. Ellos pueden, ¿y tú?

Rompe las cadenas, porque no dejaré que nunca tengas miedo. CGF.