jueves, 10 de febrero de 2011

Desconcierto extremo

"Si te sirve de algo, nunca es demasiado tarde o, en mi caso, demasiado pronto para ser quien quieres ser. No hay límite en el tiempo. Empieza cuando quieras. Puedes cambiar o no hacerlo. No hay normas al respecto. De todo podemos sacar una lectura positiva o negativa. Espero que tú saques la positiva. Espero que veas cosas que te sorprendan. Espero que sientas cosas que nunca hayas sentido. Espero que conozcas a personas con otro punto de vista. Espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa. Y si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo. Mientras tanto pasan las horas, sueño que despierto a su vera, me pregunto si estará sola y ardo dentro de una hoguera. Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas, se paró el aguacero; ahora somos flotando dos gotas, agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor, me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor. Volar... Para algunos vivir es galopar un camino empedrado de horas, minutos y segundos. Yo más humilde soy y sólo quiero que la ola que surge del último suspiro de un segundo, me transporte mecido hasta el siguiente. En este momento hay seis mil cuatrocientos setenta millones, ochocientos dieciocho mil, seiscientos setenta y un habitantes en el mundo. Algunos huyen asustados. Otros vuelven a casa. Algunos cuentan mentiras para poder sobrevivir. Otros se enfrentan a la verdad. Algunos son hombres malos en guerra contra el bien. Y algunos son buenos, y luchan contra el mal. Seis mil millones de personas en el mundo. Seis mil millones de almas. Y a veces solo necesitas a una. Y vuelves a atrapar mi tristeza para esconderla en tu bolsillo, para alejarla de mi. De nuevo has sembrado el jardín de mis pesadillas con nuevos sueños, con otras esperanzas. Y yo sigo lleno de amor por todo aquello que te pertenece, lleno de celos por todo lo que te roza y me quita un trocito de ti. Y tu sigues aquí, entregándome la vida en cada suspiro, suplicando por mis besos sin saber que ni siquiera tienes que pedirlos. Porque son tuyos, porque yo ya no soy mío, sino tuyo. Solemos pensar que somos invencibles y ahora nuestros mejores barcos han sido destruídos por un enemigo al que considerábamos inferior. Caballeros, muchos de ustedes no me conocían cuando podía utilizar las piernas; yo era fuerte y orgulloso, y arrogante. Ahora me pregunto en cada instante de mi vida por qué Dios me puso en esta silla. Pero cuando llego a ver la derrota en los ojos de mis compatriotas, en sus ojos ahora mismo, empiezo a pensar que me dio una lección de humildad para momentos como este en los que necesitamos recordar quienes somos, que no nos rendiremos, ni cederemos. Se entretiene con cualquier cosa, menos con la apuesta. Al final cuando ve que la otra tocaba casi la meta, parte como una flecha; pero los impulsos hechos fueron vanos: la tortuga llegó la primera..." =)