jueves, 22 de marzo de 2012

Encadenado a tu alma


Caen de pronto recuerdos desde la penumbra de mi habitación. Alzo la vista y tan solo distingo palabras como amor o tristeza en un océano de letras. De repente, una serie de acordes melódicos comienzan a conquistarme. Mi corazón ha comenzado a latir un poco más rápido, no sé si a causa de la sorpresa o de la sensación que me produce. Cierro los ojos y comienzo a imaginar. Veo una preciosa muchacha, de unos 20 años, morena y con la sonrisa más espléndida y delatadora que jamás vi. Gotas de agua besan tu piel; se me ocurre la escusa perfecta para acercarme. La miro y la veo real, una imagen perfecta…

[…]

Vuelvo a abrir los ojos. Sigo estando en mi habitación. Con la mirada perdida y una lágrima de fuerza cayéndome de los ojos. Resistiéndome a admitir la realidad. Intentando lo que me pediste, que me recuerden por cómo soy. Tú, allá arriba junto a las estrellas, seguirás igual. Bella y perenne. Observando como el mundo continúa girando y tú faltas en él para que todo sea perfecto. En el lugar más privilegiado del cielo y de mi mente. Quizá, y solo quizá, te eche un poco de menos. Solo un poco...

“Correré hacia ti cuando estés en peligro. Saltaré al vacío cuando caigas. Romperé barreras y derribaré muros. Pero necesito que estés a mi lado”. CGF.